
La Iglesia Católica cambia de opinión sobre los fantasmas. Deja en manos del Papa y "de manera excepcional" la declaración de sobrenaturalidad.
En el documento presentado hoy por el Vaticano, se explica la necesidad de poner orden con "procedimientos claros" en este tipo de manifestaciones de presunto origen sobrenatural, que a veces han llevado a "cometer actos gravemente inmorales o han sido pretexto para ejercer dominio sobre las personas o cometer abusos".